Trump rey del mercadeo

Caso exitoso para generar la respuesta del mercado

Publicado por Gabriel Jaime Rodriguez N. - Noviembre 14, 2016

El objetivo del mercadeo es generar una acción específica por parte del mercado, por eso el objetivo de la publicidad es vender ideas que persuadan al potencial cliente a actuar en favor de la idea expuesta. En la campaña presidencial de los Estados Unidos de Norteamérica, el candidato republicano, Donald Trump, es una persona sin ningún perfil o experiencia política pero sí con experiencia empresarial y con gran dominio de los shows de televisión, medios de comunicación y redes sociales.

Trump conoce perfectamente el impacto positivo en la audiencia y el subconsciente del público los escándalos, insultos, peleas, secretos y cuanta morbosidad despierte las pasiones humanas. Esto no es un conocimiento específico de él, es una treta bastante tradicional y conocida en mercadeo. En nuestro artículo “Escándalos y mercadeo , El aporte de los escándalos para llamar la atención del mercado”, publicado en el blog de Arpa Marketing en noviembre de 2015, hacemos referencia a esta vieja estrategia, que es de las más efectivas porque llega directamente al público, de respuesta inmediata y de muy bajo costo. Recordemos el gusto popular por los circos, incluido el Romano con su ríos de sangre, las peleas de boxeo, lucha libre y camisetas mojadas, entre otros, porque ponen de manifiesto los miedos y las pasiones básicas o bajas del hombre; o también el éxito de los medios de comunicación dedicados a la farándula, que es un frente muy próspero económicamente a partir de los escándalos y debilidades humanas de los famosos, en contraposición a los medios temáticos, culturales, académicos o de opinión que difícilmente subsisten.

Entonces lo que hizo Trump fue precisamente eso, hacer lo que hacía en sus shows de televisión: “You are fired” (usted está despedido) el cual hacía fríamente y sin contemplaciones despertando el sentimiento morboso del espectador, pero eso era precisamente el éxito del show, ver cómo las personas caían o se defendían. Y en la campaña política su estrategia fue la misma: usar frases hirientes, directas y agresivas que generaran conmoción y se convirtieran en bolas de nieve mediática para que fuera el tema de tendencia (de moda) y que abordara aspectos de interés general y actualidad como la seguridad, le economía del país, los inmigrantes, etc.

Esa estrategia, esas frases fuertes e hirientes con igual actuación a la de su show, acapararon la difusión de medios de comunicación, redes sociales y el boca a boca; lograron llamar la atención de los ciudadanos votantes pasivos para que se interesaran en el cuento de las elecciones y se sintieran que podían hacer parte del nuevo show, y desde este punto de vista consiguió éxito, movilizó norteamericanos pasivos.

Igualmente, toda sociedad, por culta, noble y altruista que sea tiene latente, digamos como controlados, una serie de sentimientos, que pudiéramos denominar “de supervivencia”, como el sentimiento nacionalista, el racismo, la discriminación de género o religioso, etc. Estados Unidos de Norteamérica no ha sido la excepción, es cuestión de mirar que solo hace como 50 y tantos años los afrodescendientes tienen igualdad de derechos; que de los 44 presidentes solo uno de color moreno ha llegado a la Presidencia y ninguna mujer; que en pleno Siglo XXI y en era de los derechos humanos sigue vigente el Ku Klux Klan, una de las más aterradoras organizaciones en contra de la población afrodescendiente; adicional a que no pierde, ni poder constitucional ni vigencia, la pasión y costumbre del uso privado de armas de fuego a pesar de las dolorosísimas y múltiples matanzas públicas. No sobra recordar que la única guerra civil que ha tenido en su historia es la de Secesión, originada por la diferencia entre el norte y el sur, por el concepto de la esclavitud que era necesario abolir para contar con mano de obra en la naciente industria.

En este orden de ideas, Donal Trump, exitoso protagonista de la televisión y los shows mediáticos, supo generar controversia al tocar los puntos subyacentes de la sociedad estadounidense y generar la atracción del votante pasivo y de muchos ciudadanos que si bien no ven en él la persona idónea para desempeñar la Presidencia, se identifican con él porque abordó miedos latentes de seguridad y economía, adicional a las debilidades humanas subyacentes de los votantes, mientras que en la campaña rival veían la continuación de lo mismo. Por otro lado, la campaña demócrata no supo entender por qué logró, un aprendiz de político, ser el candidato del partido republicano y permanecer cabeza a cabeza en las encuestas; les faltó investigación de mercado (ver nota “Investigación de mercados, conocimiento para ser asertivos” del blog de Arpa Marketing).

En conclusion:

Lo que Trump hizo fue un excelente ejercicio de mercadeo porque consiguió seducir al votante y conseguir que hiciera lo que él quería, que votaran por él. A partir de aquí se pone a prueba la estructura “corporativa” del Estado, porque ya consiguió la respuesta del "cliente" votante, ahora viene satisfacerlo y mantener esa satisfacción por mínimo cuatro años; ha de entrar entonces el equilibrio de poderes y el mantenimiento de la Constitución para que se dé continuidad a "la empresa en marcha", Estados Unidos de Norteamérica, pero el show acabó, y como diría Peter Drucker, si es un buen "director de orquesta", presidente, sabrá conformar su “orquesta”, equipo de gobierno, con los mejores y más calificados profesionales de cada “instrumento” o área de gobierno para desarrollar una excelente gestión. Será el tiempo y los hechos los que demuestren la idoneidad del jefe de los aprendices, pero a hoy es el rey del mercadeo.

Autor:
Arpa Marketing.com
Gabriel Jaime Rodriguez N.
Presidente